domingo, 20 de noviembre de 2016

¿De que adolece el cerebro adolescente?: Conductas de riesgos.

 
El adolescente presenta cambios físicos, psicológicos y sociales.

Estos cambios hacen que, durante este período de tiempo, los adolescentes se vuelvan más vulnerables.

Se calcula que mueren en Argentina 13.000 adolescentes por año. Aproximadamente el 70% de estas muertes es por accidentes automovilísticos, homicidios y suicidios. Los adolescentes suelen involucrarse en actividades y conductas que incrementan la posibilidad de morir o enfermarse como manejar alcoholizado y/o sin cinturón de seguridad, portar armas, tener sexo sin protección o consumir sustancias adictivas ilegales.
Es una verdadera paradoja que el adolescente presente una mayor proporción de conductas riesgosas que un niño que, desde los puntos de vista ontogénico, neurobiológico, sociológico y psicológico, está menos desarrollado.

Como un ejemplo de una conducta adolescente podemos citar al “semáforo ruso” que consiste en cruzar una avenida en verde caminando lentamente. El primero del grupo que se pone a correr para eludir el tránsito “pierde”.
Recordemos que el primer objetivo del Sistema Nervioso es tener éxito en la supervivencia y el “semáforo ruso”, claramente, no es una forma de lograrlo. ¿Por qué es este tipo de conductas es mucho más frecuente en adolescentes que en preadolescentes?

Sin caer en los tres “pecados” de la ciencia (reduccionismo biológico, descontextualización y actuar en función de intereses económicos) intentaremos aportar desde la neurobiología una mirada que pueda ayudar a comprender este problema.
Simplificando podríamos decir que el cerebro de un adolescente funciona a base de recompensas y emociones sin un control cognitivo.

Los adolescentes:
1. Suelen pasar la mayor parte de su tiempo con sus pares.
2. Poseen un incremento de la reactividad emocional. Esta característica puede tener un rol en la importante incidencia de trastornos afectivos y adicciones que comienzan durante la adolescencia.
3. Tienen más conflictos con sus padres.
4. Son más impulsivos y con una tendencia a llevar a cabo conductas riesgosas. Esta toma de riesgos es superior en la adolescencia con respecto a los adultos y a los niños. Estas malas decisiones que los impulsan a tomar conductas riesgosas estarían relacionadas con un desarrollo asimétrico entre las estructuras emocionales (el Sistema Límbico) y cognitivas (la corteza Prefrontal).

En los adolescentes la Amígdala (relacionada con las conductas emocionales) y el núcleo Accumbens (relacionado con la Búsqueda de Recompensas, Motivación y Placer) están completamente desarrollados y activados. En estudios con Resonancia Magnética Nuclear funcional (RMNf) se ha visto una actividad neuronal exagerada tanto en la Amígdala como en el Accumbens cuando un adolescente toma una conducta riesgosa.
Tanto la Amígdala como el Accumbens maduran mucho antes que la corteza Prefrontal cognitiva (que recién termina su maduración neuronal a los veinte años de edad) y esta estructura cortical en el adolescente se encuentra densamente inervada (y “dominada”) por axones dopaminérgicos que provienen del núcleo Accumbens.
La combinación de una alta respuesta ante las recompensas y una inmadurez de las áreas de control cognitivas prefrontales puede sesgar a los adolescentes a buscar ganancias inmediatas incrementando sus decisiones riesgosas y su reactividad emocional.
Tres conceptos importantes que deben entonces tenerse cuenta a la hora de intentar comprender las conductas adolescentes:

1. La relación entre conductas emocionales y búsqueda de recompensas con el Sistema
    Límbico y el núcleo Accumbens respectivamente.
2. La función de control sobre las respuestas emocionales que lleva a cabo la corteza
    Prefrontal.
3. El hecho de que el Sistema Límbico y el núcleo Accumbens maduran mucho antes que la
    corteza Prefrontal.

El aumento de hormonas sexuales durante la pubertad y su acción activadora de las estructuras límbicas también puede explicar el aumento de conductas impulsivas y riesgosas en este grupo etario.

Como conclusión (y respondiendo a nuestro título) podríamos decir que el cerebro adolescente “adolece” de una Corteza Prefrontal madura para poder controlar o balancear las conductas impulsadas por el Sistema Límbico, el núcleo Accumbens y los cambios hormonales puberales.

Desde una mirada evolutiva esta elevada tendencia del adolescente a tomar conductas de riesgos debe haber tenido importantes funciones adaptativas.

Por ejemplo, situándonos, en el Paleolítico, un adolescente debe haber necesitado decidir conductas riesgosas para abandonar la seguridad de su familia y encontrar una pareja
El incremento en la reactividad emocional durante este periodo habrá permitido a los adolescentes estar más vigilantes y atentos para detectar las amenazas y tener más posibilidades de sobrevivir en un nuevo ambiente.

En la sociedad postmoderna (en la cual la adolescencia puede extenderse indefinidamente) con jóvenes de más de veinte años viviendo con sus padres, siendo financieramente dependientes de ellos pero deseando tomar sus propias decisiones; estas conductas pueden ser estimadas inapropiadas.

Creo que estos hallazgos (además de los sociales, económicos, psicológicos, etc.) tienen también implicancias legislativas y judiciales a la hora de decidir la edad de imputabilidad de los menores.

Neurobiológicamente vemos que los adolescentes tienen una capacidad de control de sus impulsos inferior a la de los adultos.

Este concepto es importante a la hora de trazar una línea entre imputables e inimputables para que la ley no entre en conflicto con la neurobiología cognitiva.

La Amígdala está conectada con el Hipotálamo y está relacionada con la memoria emocional inconsciente, los circuitos de agresividad y tristeza y la respuesta de estrés.
Fuente: http://filipides42-robi.blogspot.cl/2010/02/de-que-adolece-el-cerebro-adolescente.html

Entendiendo los Cambios en la Pre-Adolescencia


La pre-adolescencia es una etapa del desarrollo humano que se
encuentra entre la niñez y la adolescencia. La edad varía entre los 9 y los 12
años para las niñas y entre los 11 y 12 años para los niños.
Durante esta etapa, los niños empiezan a experimentar una serie de cambios en su forma de pensar y sentir, en su cuerpo, sus intereses, en la forma como se comunican con los demás, etc. Es aquí cuando los padres se dan cuenta que tienen problemas para comunicarse asertivamente con ellos y que las cosas de las que antes disfrutaban ya no les parecen atractivas.
Es común que los padres manifiesten cierta frustración al percatarse de que ahora existe una barrera de comunicación entre padres-hijos. El mundo que conocían ha empezado a cambiar y los pre-adolescentes se preparan para iniciar el camino hacia la adolescencia.


Es muy común que los pre-adolescentes muestren mayor interés por pasar más tiempo con sus amigos, por ser más independientes, por tener la oportunidad de elegir y sus intereses cambian, pero es aquí en donde la guía y supervisión de los padres es de suma importancia, ya que los preadolescentes pueden estar expuestos a situaciones que perjudiquen su salud o su seguridad ya que aún no son capaces de medir consecuencias y se creen “invencibles”.


Cambios comunes en los pre-adolescentes:

  • Cambios físicos: Comienza el desarrollo sexual y se observan cambios en el cuerpo, cambios en la piel, etc.

  • Cambios emocionales: Muestran distintas reacciones a situaciones particulares, por lo general irritabilidad o hipersensibilidad, cambios bruscos en el estado de ánimo, entre otros.

  • Cambios Sociales: Buscan pasar más tiempo con amigos, ocultan información a los padres, crean alianzas, manifiestan interés por asistir a lugares frecuentados por gente joven como fiestas, centros comerciales, restaurantes, gimnasios, entre otros, sin la compañía de los padres.

  • Cambios de Pensamiento: Buscan su individualidad, cuestionan reglas, piden explicaciones, luchan por sus derechos, se acrecienta el interés por temas de sexualidad pero evitan hablarlo abiertamente con sus padres.


Todos estos cambios pueden ser observados durante la pre-adolescencia, pero es importante saber que tanto los cambios físicos, como los emocionales, varían en cada preadolescente según la predisposición genética, su historia familiar, valores, y el apoyo social que reciben.


Tips para padres:

  • Comprenda el proceso por lo que está atravesando su pre-adolescente. Y sepa que este proceso y estos cambios son normales.

  • Respete su individualidad.

  • Hable con él, aproveche las comidas familiares para compartir en familia.

  • Hágale saber que usted estará allí para él y que podrá contar con usted siempre.

  • Motívelo a comunicar sus pensamientos y sentimientos.

  • Promueva su independencia, pero estableciendo límites claros, ya que la estructura les proporciona seguridad.

  • Respete esos límites y establezcan en conjunto consecuencias razonables, propiciando que él reconozca sus fallas.

  • Si necesita llamarle la atención, hágalo en privado para no avergonzarlo.

  • Conozca a sus amistades e involúcrese en actividades que sean de su interés.

  • Sea accesible a temas que sean de su interés, hable con él abiertamente.

  • Practique la comunicación asertiva.


Es muy importante no olvidar que este proceso no es más que una etapa normal por la que atraviesan todos los seres humanos, en la que esperan experimentar nuevas cosas y que es temporal.


La labor de los padres es proporcionarle a su pre-adolescente un ambiente agradable, de confianza, de amor incondicional y respeto, aun cuando su hijo rete la autoridad. Infórmese, busque bibliografía, asista a talleres para padres, programas educacionales, etc. para que su tarea sea más amena.

Niños en la pubertad y la adolescencia: edades 12 y más años.

Lo que los niños experimentan

 

¿Cómo te sientes? | Deja de preocuparte. Yo puedo cuidarme solo ¡Yo sé como me siento!

 

Conforme los niños llegan a la pubertad, sus hormonas se alocan. Los adolescentes quieren tener mayor control sobre su cuerpo y quieren decidir cómo cuidarse ellos mismos, tanto en los aspectos de salud como en los de la enfermedad. Los niños mayores pueden entender las causas casi al igual que el adulto y predecir el futuro. Sin embargo, puede que también sean más emotivos que lo que es un adulto cuando se trata de la enfermedad.

En esta etapa, los niños casi siempre se vuelven más reservados en lo que respecta a sus sentimientos y a su cuerpo. Si bien los adolescentes y los preadolescentes pueden reaccionar con gran madurez, también puede que reaccionen en forma aniñada, pero apropiada a su edad. Recuerde que a esta edad, aunque los niños reclamen su independencia, todavía lo necesitan a usted.
Los niños preadolescentes aún tolerarán que les prodiguen cuidados y hasta puede que los pidan. Sin embargo, los adolescentes a menudo negarán que se sienten enfermos hasta que verdaderamente no anden muy bien, ya que necesitan sentirse omnipotentes. Otras veces, ellos ignorarán una enfermedad para no sobresalir entre todos.

En esta etapa, los niños responderán a la enfermedad y a las lesiones de diferente forma. Mientras que unos afirmarán que no están enfermos, otros harán verdaderos dramas o exagerarán lo que sienten y se quejarán en voz alta acerca de los síntomas que tienen. Puede que algunos preadolescente y adolescentes también se diagnostiquen ellos mismos en forma teatral diciendo: "Tengo pulmonía", cuando tienen un catarro, o dirán: "No me puedo mover", cuando se han golpeado la pierna.

Fuente: http://nunu.pbs.org/parents/talkingwithkids/health/spanish/childseyes_7.html

Cambios psicológicos y sociales.

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Además de las transformaciones físicas relacionadas con la actividad hormonal y el desarrollo natural, la preadolescencia es la etapa donde se produce el desarrollo intelectual que hace evolucionar al niño hacia un adolescente; debido a esto, es muy natural encontrarse contradicciones y comportamientos derivados del choque entre el infantilismo del niño y los inicios del pensamiento maduro del adolescente que evolucionarán posteriormente hacia el pensamiento adulto. Los cambios psicológicos y sociales más significativos son los siguientes:
  • La capacidad cognitiva y la percepción del tiempo varían. Durante la infancia, el niño es incapaz de percibir en la mayoría de las ocasiones las consecuencias que producirán sus actos en un futuro. En la preadolescencia comienza a preocuparse y a medir las posibles consecuencias de sus acciones. Esto representa uno de los primeros indicios del pensamiento maduro.
     
  • Adquiere una identidad y una imagen sobre sí mismo. Comienza a querer autodefinirse dentro de su entorno, a obtener un rol propio, lo que provoca que empiece a preocuparse por crear y cultivar una imagen ante los demás a la vez que refuerza esa imagen sobre sí mismo. El desarrollo de esta imagen hace que el preadolescente sea más vulnerable ante las frustraciones que pueden producir el cumplimiento de las autoexpectativas (sobre su cuerpo, su higiene, sus hábitos, etcétera).
     
  • Cambia la percepción y la forma de relacionarse con los demás. No sólo va a experimentar un deseo de mayor independencia y un desarraigo del núcleo familiar en pro de amistades y otros entornos (actividades deportivas, profesores, etcétera), sino que comenzará a ver el lado humano y más imperfecto de las figuras de autoridad, dejará de idolatrar a estas figuras y comenzará a cuestionarse sobre la autoridad de las mismas. Además, el cambio en las relaciones sociales del preadolescente provoca la necesidad de integrarse en grupos y círculos, lo que también acarrea una debilidad mayor ante la presión social a la hora de adquirir determinados hábitos perjudiciales, como el consumo de alcohol y drogas.
     
  • Los cambios en el cuerpo también producen cambios en la mente. No sólo va a experimentar un desarrollo inicial de la sexualidad, sino que los cambios biológicos motivarán la aparición de miedos e inseguridades (muchas niñas experimentan miedo ante la primera menstruación.
Fuente: http://www.dmedicina.com/familia-y-embarazo/adolescencia/diccionario-de-adolescencia/preadolescencia.html

Cambios emocionales en la preadolescencia

Qué cambios de producen en el niño entre los 9 y 13 años

La preadolescencia, ese estadio vital entre la niñez y el adolescencia, marca el comienzo de una nueva etapa de construcción de la identidad de nuestros niños. En esta construcción de su yo intervienen cambios corporales, conductuales y emocionales. De estos cambios emocionales es de lo que trata este artículo.

A qué edad empieza la preadolescencia

preadolescente enfadada
Cada niño tiene, como es lógico, su propia maduración y cada uno llegará antes o después a esta etapa, pero en líneas generales podemos situar la preadolescencia entre los 11 y 13 años. Hay quien lo sitúan incluso un poco antes entre los 9 y los 10. Pero es más o menos en el momento en el que los cambios físicos producto de la maduración biológica empiezan a cambiar el cuerpo de nuestros hijos cuando comienzan también los cambios emocionales y conductuales propios de esta fase.

Cambios emocionales que indican el inicio de la preadolescencia

Los cambios en esta etapa son muchos y muy variados. Cada niño los experimentará con más o menos intensidad, pero en prácticamente todos ellos podremos ver algunos muy característicos como los siguientes. 1. Aparecen nuevos miedos  como el miedo a hacer el ridículo o el aumento de su sentido del pudor y la vergüenza ante su propio cuerpo. En este momento pueden empezar a surgir conflictos relacionados con su imagen corporal con los que tendremos que ir con mucho tacto a la hora de abordarlos.
2. Es un momento en el que  aparece la necesidad de mayor intimidad, los niños se van alejando de nosotros, observamos cómo pasan más tiempo en sus cuartos escuchando música o leyendo. En realidad este comportamiento no nos debería preocupar en exceso puesto que es lo que deben hacer en este momento para construir su propia identidad, siempre y cuando nuestros lazos afectivos y comunicativos no se rompan.
3. Es también una fase en la que los niños tratan como sea de agradar a sus amigos. Su grupo de iguales empieza a ser su centro de referencia para construir sus pensamientos, adoptan actitudes, jergas propias del grupo y muy diferenciadas de los padres.
4. La labialidad emocional,es decir, la fluctuación de un estado de alegría a uno de profunda tristeza también caracteriza esta etapa. Para los niños que están en esta fase todo es o extremadamente ideal o justo lo contrario. Se trata de un periodo lleno de ilusiones, de risas, de llantos, de discusión interna, ...un tiempo de grandes y profundos cambios que, como padres, debemos saber asimilar y gestionar.
Todos estos cambios y muchos otros pueden provocar fricciones y acabar en conflictos entre padres e hijos. Es especialmente importante que seamos conscientes que para ellos tampoco es fácil asumir todas estas transformaciones y que el paso de niño a adulto precisa del apoyo de unos padres comprensivos que no permisivos.

fuente: http://www.guiainfantil.com/articulos/adolescencia/cambios-emocionales-en-la-preadolescencia/

lunes, 14 de noviembre de 2016

Por que ocurre la rebeldía en los pre adolescentes?

Todas las personas tienen sentimientos de rebeldía, como adolescentes pueden ser ayudados a controlar esos sentimientos; sin embargo, los adolescentes a menudo demuestran agresividad física que en ocasiones es reforzada por los padres tratando de manejar el comportamiento. Como cuando comienzan a responder r agresivamente o cuando se pelean por cosas sin mayor importancia
establecen que en primer lugar se deben revisar los elementos que intervienen en el desarrollo psicosocial del niño y adolescente, puesto que padre, madre, escuela y comunidad son los entes que intervienen en el desenvolvimiento de la conducta.
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fuente: http://www.monografias.com/trabajos94/rebeldia-adolescentes/rebeldia-adolescentes.shtml#elproblema

Por que los pre adolescentes consumen drogas?

Resultado de imagen para adolescentes fumando marihuanacon frecuencia la escena social de los adolescentes gira alrededor de beber y fumar marihuana. Algunos de los amigos se presionan entre sí para probar bebidas o fumar algo, pero es igualmente común que los adolescentes empiecen a usar alguna sustancia porque se encuentra fácilmente disponible, además de que ven a todos sus amigos disfrutándola. En sus mentes, ven el uso de drogas como una parte normal de la experiencia de ser adolescente.

Cuando los adolescentes se sienten infelices y no pueden encontrar una salida saludable para sus frustraciones o una persona de su confianza con quien hablar, pueden recurrir a sustancias químicas en busca de consuelo. Dependiendo de lo que usan, pueden sentirse felizmente inconscientes, maravillosamente felices o llenos de energía y confianza. 

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fuentes: http://www.drugfree.org/habla-con-tus-hijos/como-entender-mejor-los-adolescentes-2/las-8-razones-principales-por-las-cuales-los-adolescentes-experimentan-con-drogas-y-alcohol/

La relación con los pre adolescentes con sus padres

El cambio del niño juguetón al adolescente que responde con monosílabos no es fácil para los padres. Muchos no saben cómo adaptarse y optan por dejarlos vivir en su mundo para no generar roces y discusiones. Pero este distanciamiento es un error.

En los adolescentes es importante, porque “en esta edad se sienten más atraídos por las relaciones comunicativas y sociales”, por lo que buscan esas instancias. Si los padres las entregan se transforman en referentes.

En si esto explica que para que no peleen con sus padres pasen mas tiempo juntos.

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fuentes: http://diario.latercera.com/2012/08/22/01/contenido/tendencias/16-116615-9-adolescentes-que-pasan-mas-tiempo-con-sus-padres-tienen-mas-autoestima.shtml